El cachorro desde que nace empieza a tener conductas intuitivas(como el tomar la leche de la chicha de la madre) y además comienza a “aprender” respecto a su entorno. Con el tiempo los pequeños cachorritos de apenas un mes aprenden que:
1. Aprenden las reglas de jerarquía de la manada
2. Lamer la cara de la madre ya que como los adultos transportan el alimento para los cachorros en sus estómagos, el que luego regurgitan cuando los cachorros les lamen la cara.
3. Que si muerden fuerte a su hermano, éste último le responderá con más fuerza o que lo ignorarán por llevado.
4. Con sus amos aprenderá cual es la vasija de comida y la de agua.
5. Que si grita acudirán con él inmediatamente.
6. A respetar a los caninos adultos etc.. constantemente está aprendiendo de los que le rodean y de lo que se encuentra alrededor de él, de las respuestas de los demás hacia él, de los objetos los cuales le atraen aprenderá sus formas y cómo puede jugar con ellos.
El que aprenda desde pequeño es lo más normal para él. Cuanto más joven, más fácilmente aprenderá. Quieras o no, tu perro aprende.
Por lo tanto desde temprana edad aunque el amo no lo sepa, pero éste último si le está enseñando cosas que tal vez en un futuro repercutirán negativa o positivamente en el canino, a veces le enseñamos conductas indeseables al canino, como el que: el dueño le enseña al cachorro a subirse a sus piernas, y el amo se ríe acariciándolo, cuando el labrador crezca unos 60 cm, para el amo ya no tendrá tanta gracia que se suba a sus piernas, pero él mismo enseñó esa conducta. Por lo tanto, hoy en día sabemos que la “antigua teoría de adiestrar al canino hasta sus 6-8 meses” realmente es obsoleta y contraproducente. Por esperar tantos meses se pierde el tiempo de poder enseñar muchísimos buenos hábitos de conducta e higiene. Por lo tanto lo más importante es que el amo se haga consciente de cómo aprende y cómo influir en este proceso, porque de lo contrario acabarás con un perro con problemas psicológicos o con conductas indeseables. Aunque nunca es tarde para reeducarlo, es mucho mejor encaminarlo bien desde el comienzo de su vida.